El presente curso 2007-08 la Facultad de Teología “San Dámaso” y la Delegación diocesana del Clero de la diócesis han organizado una serie de charlas para la formación permanente de los sacerdotes de Madrid. Su título : “Desafíos políticos, económicos y sociales”. “En el curso –se dice- abordaremos cuestiones de la máxima actualidad distribuidas en tres grandes bloques: - Laicidad y laicismo - Política y economía - Familia y vida”.
Nos parece perfecto que la diócesis se preocupe de estos aspectos en la puesta al día de sus sacerdotes . Nuestra extrañeza surgió, cuando leímos el programa y vimos que prácticamente todos los temas socio-económicos y políticos se han confiado a conocidas personas del Partido Popular, o públicamente alineadas con él. Jaime Mayor Oreja ha desarrollado el tema “La Iglesia en el mundo contemporáneo”; Alfonso Coronel de Palma, “La actuación del cristiano en la vida pública”; Gustavo de Arístegui, “¿Alianza de civilizaciones o civilización del amor?”; Carlos Clemente (Viceconsejero de Inmigración de la Comunidad de Madrid), “Inmigración: economía, acogida e integración”; Benigno Blanco, “La necesidad de una política familiar”; María Rosa de la Cierva, “La situación de la enseñanza en España”; etc. etc..
Como cabía esperar, con esta lista de ponentes, nuestra extrañeza inicial se ha visto confirmada por los mensajes que se han transmitido en las ponencias y debates tenidos hasta ahora . Creemos que la perspectiva de los ponentes, más que desde la razón iluminada por la fe y la doctrina social de la Iglesia parte desde los análisis, orientaciones y estrategias, incluso electoralistas a corto plazo, del Partido Popular.
Algunos datos que fundamentan nuestra opinión : En la primera de las charlas, “La Iglesia en el mundo contemporáneo” Mayor Oreja sostuvo que: “padecemos dos ofensivas: la ofensiva nacionalista y la ofensiva laicista, de un laicismo radical, anticlerical, relativista, que pretende cambiar los valores que hasta ahora han sido patrimonio de la sociedad española ... ¿Quiénes son los gestores de ambas ofensivas? : ETA y Zapatero. Sus proyectos se complementan y alimentan recíprocamente. La situación actual es como una unión temporal de empresas y proyectos que buscan la desvertebración moral y política de España , cada uno a su nivel. Si el adversario de la ofensiva nacionalista es el Partido Popular, el adversario de la ofensiva laicista es la Iglesia católica. Por tanto necesitamos trabajar unidos, hay que consolidar una defensa organizada de estos valores trascendentes de la nación española”.
Por su parte el cardenal Rouco-Varela, que había presentado a Mayor Oreja como “un político valiente”, afirmó en su intervención que estaba de acuerdo al cien por cien con este diagnóstico, añadiendo la necesidad de comunión con la jerarquía eclesiástica..
Cuanto a la charla de Carlos Clemente sobre inmigración, el 21 de Enero – en ambiente ya de campaña electoral – estos fueron algunos de sus mensajes : “Causas de la inmigración : falta de libertad, corrupción, guerras y terrorismo, dictaduras. Toda la culpa es de los países pobres; para nada se alude a nuestra responsabilidad, como países enriquecidos por las prácticas neocoloniales: ¿quién corrompe a los corruptos del Sur?, ¿quién y por qué se organizan las guerras y a quién beneficia el comercio de armas con el que se mantienen?, ¿cómo se constituyó y cómo se mantiene la deuda externa que supone un drenaje constante en los presupuestos públicos de sanidad, educación ... de estos países? , ¿a quién han beneficiado las políticas de ajuste estructural y privatizaciones impuestas por los países ricos?, etc. etc. ...
La doctrina social de la Iglesia subraya otras causas que las que presentaba Clemente. Juan Pablo II, en la “Sollicitudo Rei Socialis”, constata la profundización del abismo entre países del Norte y del Sur (nº 14) pero señala nuestra responsabilidad de países ricos en esa situación : la asimetría del comercio internacional, la deuda externa (nº 19), la producción y comercio de armas (nº 23-24) como causas de esa profundización. Y plantea, entre otras reformas necesarias, “la reforma del sistema internacional de comercio, hipotecado por el proteccionismo...” (nº 43). Recientemente, el Pontificio Consejo para la Pastoral de Migraciones, recogiendo estas orientaciones las aplicaba al fenómeno de la emigración , señalando entre sus causas : “el aumento profundo de la desigualdad entre el Norte y Sur del mundo, la existencia en los intercambios internacionales de barreras de protección que impiden que los países emergentes puedan colocar sus productos en los países occidentales ... Tal fenómeno – asegura -plantea el problema ético de la búsqueda de un nuevo orden económico internacional con vistas a una más justa distribución de los bienes de la tierra y de la visión de la comunidad internacional como familia de pueblos” (“Erga migrantes charitas Christi”, “Ecclesia”, Mayo, 2004)
Repetía Clemente, tras las causas de la inmigración, los eternos tópicos de la derecha socio-política en torno a la inmigración. Como la presentación del “efecto llamada” para justificar la postura del Partido Popular, contraria al proceso de regularización decidido por el gobierno Zapatero en 2005, con el apoyo de amplios sectores sociales, sindicales, empresariales y eclesiales. O los cantos a las medidas que ha tomado la presidenta de la Comunidad de Madrid, sin decir, por supuesto, que muchas de estas medidas están apoyadas y subvencionadas por decisiones del Gobierno central. En contraste con ello, subrayaba constantemente los errores de Zapatero “cuya política exterior no genera confianza ni seguridad jurídica, lo que facilita la proliferación de las mafias”. O el acudir al peligro que, en su opinión, supone para nuestras costumbres y cultura, la cultura y costumbres musulmanas para justificar el que no se puedan tomar las medidas precisas para la integración de los inmigrantes en nuestra sociedad. En consecuencia, lanzaba repetidamente la consigna electoralista: “Todo irá mejor si en las elecciones generales del 9 de Marzo votamos como se debe”.
No entendemos cómo, teniendo la diócesis sus propias Delegaciones, cuyas competencias cubren la totalidad de los temas que se están dando, se echa mano de significados políticos del Partido Popular, o personas públicamente identificadas con él, para la formación del clero. Creemos que esta sumisión a los intereses y estrategias del Partido Popular constituye un daño a la Iglesia madrileña, no se corresponde con el pluralismo político legítimo y real de los católicos madrileños ni con las orientaciones del Concilio Vaticano II .
Estas orientaciones nos parecen claras : “Como en virtud de su misión, la Iglesia no está encadenada a ninguna forma particular de cultura humana o sistema político, económico o social, puede ser, por esta universalidad, el lazo que estreche a las diversas comunidades y naciones ” (G.S. 42) . “Muchas veces la visión cristiana de las cosas inclinará a una determinada solución. Sin embargo otros fieles, con no menos sinceridad, juzgarán del mismo asunto de modo diferente. Si las soluciones propuestas por unos y otros son relacionadas con el mensaje evangélico, recuerden que a nadie le es lícito arrogarse en exclusiva a su favor la autoridad de la Iglesia.”
Parecidos principios encontramos en el “Decreto sobre el ministerio y la vida de los sacerdotes” : “Al edificar la comunidad cristiana, los presbíteros no están al servicio de ninguna ideología o partido humano; sino que, como pregoneros que son del Evangelio y pastores de la Iglesia, trabajan por lograr un crecimiento espiritual del Cuerpo de Cristo” (P.O. 6) “Así pues, es propio de ellos armonizar la diversidad de pareceres de manera que nadie se sienta extraño dentro de la comunidad de fieles” (P.O. 9).
Francamente, nos resulta difícil compaginar estas orientaciones del Concilio con un programa de formación sacerdotal como el preparado por la diócesis de Madrid. Si la intervención de estos políticos del Partido Popular hubiera tenido lugar en el marco de una presentación y debate de las distintas ofertas políticas presentes en nuestra sociedad, nos parecería una magnífica iniciativa. Pero en la forma en que se está realizando, pensamos que se trata simplemente de un adoctrinamiento partidista de los sacerdotes madrileños, facilitado al Partido Popular y que presupone “el enfeudamiemnto ideológico de la jerarquía en los sectores de la derecha socio-política”. Lo advierte Rafael Díaz-Salazar en su reciente publicación “España laica”: “La institución católica sigue vinculando su presente y su futuro a un modelo de Estado y de legislación que le lleva inexorablemente a echarse en brazos, no ya de una clase social, sino del partido político que esté dispuesto a defender sus intereses”. Esto es lo que Alvarez Bolado – estudioso del nacionalcatolicismo – denomina “el secuestro de la inspiración cristiana en política” (pag. 187),