Buenas noches señoras y señores.
Estamos aquí para presentar el libro:”Por la senda de Tumut”, cuyo autor es Luis José Martín
García-Sancho.
Si fuera un monarca al uso diría que encontrarme aquí
en esta presentación, me llena de orgullo y satisfacción, pero mi plebeya
condición, únicamente me permite sentir una emoción especial, por lo que les
ruego perdonen mis errores, fruto de ese nerviosismo que siento.
Del libro no puedo decir nada porque no lo he leído
aún. En cuanto al autor, Luisjo, poco puedo decirles porque no le conozco todavía, ando en ello. Sé
que es un homo sapiens de la familia de Candelas y César, a quienes
aprovecho la ocasión para felicitarles por la extraordinaria camada que han
dejado a esta desorientada sociedad. Su ejemplo debería ser un referente para
todos nosotros.
Son responsables también, de lo que sea que es Luisjo,
Ana, David y María, sin los que nada sería lo mismo. Han dedicado grandes dosis
de lo que la mayoría llama paciencia, y los románticos llamamos amor, para que
el chaval se desarrolle.
También lo son en buena medida sus hermanos, algún que
otro amigo y sin ninguna duda la Naturaleza, con mayúsculas.
Cuando hace ya unos años le pedimos desde la
Alhóndiga, que coordinara las actividades medioambientales de la asociación,
tuvimos la sensación de haber despertado a un dinosaurio, y en una suerte de
“Parque Jurásico” cobró vida y empezó a descubrirnos toda una serie de paraísos
cercanos.
Lo primero que hizo fue enseñarnos que el Agua es Vida
y nos llevó al bosque de los gamusinos. Nos guió a “Los Infiernos”, visitamos
el lugar de reposo de Branta
durante su largo viaje. Paseamos junto a él por las mieses de Otar, conocimos el imperio de Alberta y junto a él vimos a los duendes del bosque
en varias ocasiones. Visitamos los cortados rojos del Adaja y fuimos con él a
la derecha, siempre a la derecha hasta llegar a “los Lavajares”. Nos descubrió
“el Orán”, “la Alberguería” y “el Batán”. Conoce la Tierra de Arévalo y la
Moraña como pocos y la enseña como nadie.
Con él los pájaros dejaron de ser todos negros, menos
para alguno que debe andar por ahí, y los hierbajos comenzaron a tener nombre y
apellidos. En definitiva, Luisjo es, como dijera don Antonio Machado, un hombre
bueno, en el buen sentido de la palabra.
Sabíamos de su afición por la escritura y así nos
deleita cada mes con un relato sobre bichos en la revista La Llanura, y ahora,
va y nos sorprende con una novela.
Estoy deseando comprar su libro para leerlo. Porque
espero encontrar al Luisjo que voy conociendo a diario y que seguro me
sorprenderá con nuevos matices. Además parte de la recaudación por la venta del
libro será donada a la asociación “La Hucha de Tomás”, que su hermano Caco puso
en marcha para abrir líneas de investigación en el tratamiento del cáncer
infantil.
Así pues Luisjo, háblanos de tu libro que es a lo que
hemos venido hoy aquí.
Muchas gracias.