Creer, acoger, preparar.
Creer. En una tertulia un comentario y a continuación una idea y una foto y luego un cartel. Un proyecto no excluyente. Mentes abiertas a otras ideas, juntando esfuerzos, sumando voluntades, multiplicando apoyos, tarea divulgadora. Tal vez un sueño decían, tal vez vana ilusión. Y la idea se extiende y sigue sumando esfuerzos e ilusiones. Todos tienen cabida. Termina siendo, casi en el secreto de las gentes, en esa parte oculta del último rincón de los corazones, un deseo. ¡Si fuera verdad! ¡ Si fuera posible!
La noticia me llegó mientras jugaba al fútbol con mis amigos. Acabábamos de encajar un gol y en mis compañeros cundía un cierto desánimo. Yo, que soy del “Aleti”, intentaba explicarles que todo estaba por pasar, que cualquier cosa podía suceder y cambiar el rumbo del juego. Intento de transfusión de sangre “rojiblanca”. Y de repente un millón de goles, ya ni el juego tenía interés. Una alegría inmensa apenas contenida nos llegó con la noticia. Alegre tarea nos espera.
Acoger. Que Arévalo sea sede de las Edades del Hombre, va a suponer la llegada de cientos de personas. Habrá que proporcionarles acomodo, tendrán necesidad de comer, querrán conocer nuestras tierras y a nuestras gentes; pero también tendrán cosas que decir. Acoger es también escuchar al que llega, aprender de los que de otras partes vienen hasta nosotros. Será, salvando las distancias, “nuestra Olimpiada”. Oportunidad única de compartir con los que nos visiten, experiencias y pensamientos; de participarles nuestros deseos y anhelos, compartir el patrimonio, abrir nuestras mentes y nuestros corazones y no desaprovechar la oportunidad del encuentro. Vendrán buscando los pasos de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa. Tendremos que mostrarles la llanura y sus atardeceres, que lleguen a sentir la tierra como tantos otros. Que no tengan ninguna duda de que aquí tienen un nuevo hogar.
Preparar. Pero hay que comenzar a trabajar desde ayer, para que las infraestructuras estén listas cuando llegue la fecha. Conocemos la meta y debemos ser conscientes del recorrido que nos queda. Con espíritu libre, sin exclusiones, debemos sumar esfuerzos y voluntades. Prepararnos para el evento histórico que se avecina. Ya no se trata de un sueño, sino de una realidad. No es una posibilidad, es una certeza y hay que prepararse para ello. Iniciativas privadas que deben ser fundamentales para conseguir el éxito, que deben estar arropadas e incentivadas desde las administraciones, desde todas. Ha llegado el tiempo de apartar cainismos aldeanos que a nada conducen y tanto daño hacen. Adecentar caminos transitados, hace ya tantos siglos, por ilustres personas como San Juan de la Cruz y Santa Teresa. Habrá que dar una vuelta a la casa, enjalbegar las paredes, reparar templos, hacer sitio para los huéspedes que nos visitarán temprano. La Lugareja, San Nicolás, Plaza de la Villa, Plaza de San Pedro – hogar de un mudejarillo que retratase don José –, iglesias y plazas, puentes y callejas, parece llegado vuestro momento. Seréis protagonistas, pues a vosotros vendrán a veros. Nosotros humanos, simples servidores para vuestro mejor adecentamiento.
Me preguntas en qué creo. Creo en ti y en lo que puedes hacer por estas tierras.
La noticia me llegó mientras jugaba al fútbol con mis amigos. Acabábamos de encajar un gol y en mis compañeros cundía un cierto desánimo. Yo, que soy del “Aleti”, intentaba explicarles que todo estaba por pasar, que cualquier cosa podía suceder y cambiar el rumbo del juego. Intento de transfusión de sangre “rojiblanca”. Y de repente un millón de goles, ya ni el juego tenía interés. Una alegría inmensa apenas contenida nos llegó con la noticia. Alegre tarea nos espera.
Acoger. Que Arévalo sea sede de las Edades del Hombre, va a suponer la llegada de cientos de personas. Habrá que proporcionarles acomodo, tendrán necesidad de comer, querrán conocer nuestras tierras y a nuestras gentes; pero también tendrán cosas que decir. Acoger es también escuchar al que llega, aprender de los que de otras partes vienen hasta nosotros. Será, salvando las distancias, “nuestra Olimpiada”. Oportunidad única de compartir con los que nos visiten, experiencias y pensamientos; de participarles nuestros deseos y anhelos, compartir el patrimonio, abrir nuestras mentes y nuestros corazones y no desaprovechar la oportunidad del encuentro. Vendrán buscando los pasos de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa. Tendremos que mostrarles la llanura y sus atardeceres, que lleguen a sentir la tierra como tantos otros. Que no tengan ninguna duda de que aquí tienen un nuevo hogar.
Preparar. Pero hay que comenzar a trabajar desde ayer, para que las infraestructuras estén listas cuando llegue la fecha. Conocemos la meta y debemos ser conscientes del recorrido que nos queda. Con espíritu libre, sin exclusiones, debemos sumar esfuerzos y voluntades. Prepararnos para el evento histórico que se avecina. Ya no se trata de un sueño, sino de una realidad. No es una posibilidad, es una certeza y hay que prepararse para ello. Iniciativas privadas que deben ser fundamentales para conseguir el éxito, que deben estar arropadas e incentivadas desde las administraciones, desde todas. Ha llegado el tiempo de apartar cainismos aldeanos que a nada conducen y tanto daño hacen. Adecentar caminos transitados, hace ya tantos siglos, por ilustres personas como San Juan de la Cruz y Santa Teresa. Habrá que dar una vuelta a la casa, enjalbegar las paredes, reparar templos, hacer sitio para los huéspedes que nos visitarán temprano. La Lugareja, San Nicolás, Plaza de la Villa, Plaza de San Pedro – hogar de un mudejarillo que retratase don José –, iglesias y plazas, puentes y callejas, parece llegado vuestro momento. Seréis protagonistas, pues a vosotros vendrán a veros. Nosotros humanos, simples servidores para vuestro mejor adecentamiento.
Me preguntas en qué creo. Creo en ti y en lo que puedes hacer por estas tierras.
Fabio López
Diario de Ávila, sábado 29 de mayo de 2010
Diario de Ávila, sábado 29 de mayo de 2010