miércoles, 22 de diciembre de 2010

AHORA QUE ESTÁ A PUNTO DE ACABAR EL AÑO SANTO JACOBEO...




¡BUEN CAMINO!


¿Buscaba a Dios? Puede ser que fuera la razón de iniciar mi camino. Después de tantos viajes por todas las partes del mundo, tantos sitios conocidos, placeres disfrutados y tanta gente con la que he tenido ocasión de hablar y convivir, sentía dentro de mí algo parecido a un vacío. Una especie de hueco en la boca del estómago. Nada parecía llenar ese hueco. Vi esa especie de guía y me dije, ¿por qué no?; y aquí estoy. Llevo ya más de doce días desde que salí de casa. No parece que el hueco desaparezca, a lo mejor es pronto; pero de lo que estoy seguro es que no necesito tantas cosas para vivir. Aquí con poco es suficiente. Te fijas en la gente y ves a muchos que llevan menos que uno mismo, y a pesar de ello te ofrecen lo que tienen por si necesitas algo. Resulta curioso. En mi vida normal durarían un suspiro. Espero que el tiempo no empeore, porque no estoy acostumbrado ya a las inclemencias del tiempo, ...
...Yo no hago el Camino, vivo en el Camino. Cuando llego al final regreso al principio. Te parecerá una locura pero es una forma de vivir como otra cualquiera. Ves gente de toda condición, de cualquier parte del mundo. Te hablan en lenguas raras, ya voy conociendo algunas no te creas, francés, inglés, alemán, holandés y alguna otra por ahí. El trato con las personas me gusta. Para vivir hago trabajos en los sitios donde llego. Unas veces de camarero, otras ayudo en el campo o con el ganado. Para comida y vestido no te falta. Aseo y dormir, en los albergues...
...Cuando salí de Alemania, dejé a la familia, los amigos y a mi novia. Dejé el trabajo y decidí comenzar a caminar. El destino lo tenía claro: Santiago de Compostela. Tal vez fue el sitio más lejano que primero se me vino a la mente. Tal vez mi necesidad de cambiar mi vida se viese inspirada por algo sobrenatural. Como por ejemplo el milagro de que entiendas lo que te digo. Yo, que solamente hablo alemán, estoy consiguiendo que me entiendas hablando en español, será obra del Espíritu Santo tal vez...
...No recuerdo siquiera cuándo empecé a hacer el Camino. Ya llevo una docena de veces. He recorrido casi todas las rutas viejas. El Camino Francés va por la tercera vez que le he recorrido completo. Los mejores albergues están en la Rioja. Lo sé todo del Camino. Pregunta lo que quieras. Cuando llego a Santiago, siento pena porque ha terminado el viaje. Regreso a mi casa y comienzo a planificar el siguiente...
...La lluvia lleva sin dejar de caer más de una semana. Desde que entramos en la provincia de Burgos no ha parado de llover. Por la cabeza vagan un asunto tras otro, sin fijarse ninguna idea en concreto. Amigos, amor, familia, trabajo, futuro, pasado, presente, bien, mal, y todo cuanto podáis pensar o soñar; el agua no deja de caer. Todavía me pregunto qué hago yo aquí, calándome hasta los huesos. Tiritando y con frío. Pero no puedo evitar seguir caminando. Cuando a la noche llegue al albergue, cuando esté seco y caliente, empezaré a programar el día siguiente. Visitaré la iglesia de Santiago en Villadangos que dicen que es muy interesante. Y mañana seguiré caminando no sabiendo muy bien la razón pero compelido a hacerlo, a pesar de la lluvia, del dolor de mis pies ya cansados...
...Yo no voy a Santiago, voy hasta Finisterre. El Camino es un invento de la iglesia. Lo que existen son las fuerzas telúricas. Yo recorro las partes de la Tierra donde estas fuerzas se encuentran presentes. Lo de la religión no es cierto, aprovecharon una ruta que existía y se inventaron lo del apóstol. Sólo la fuerza de la naturaleza es la que verdaderamente existe...
...¿Me buscaba a mí mismo? Las preguntas se agolpaban en mi cabeza. Intentaba caminar solo siempre que podía. Me limitaba a sonreír únicamente a los que me dirigían la palabra. Casi que evitaba el contacto humano. Necesitaba estar solo. Rodeado del “silencio de las palabras”, tan solo los ruidos naturales. Encontrar un sentido a mi vida. Orientar mi existencia a partir de mi propia persona...
...¿Quién me mandaría a mí elegir a la morena? La rubia hubiese sido mejor elección, pero este cuerpo bien vale un sacrificio. Había escuchado lo de: ”... que en el pecado va la penitencia.” Pero no sabía yo esto de pasar la penitencia antes de hacer el pecado. ¡Qué cuerpo! Esos ojos verdes sobre la cara tan pálida, y el pelo largo y negro. Seguro que merece la pena cuando terminemos el Camino, porque hasta ahora, cuatro piquitos y un par de castos abrazos. Pero cuando estemos de vuelta lo pasaré bien...
...Cuando todo en la vida te marcha bien es el momento de dar gracias a Dios, al menos eso pienso. Por agradecer que todo está a mi gusto, decidí hacer como penitencia el Camino hasta Santiago de Compostela. Era la mejor forma de agradecer al Creador los dones con los que colmaba mi vida. Atrás había quedado la enfermedad tan grave de mi mujer. Mis hijos habían podido rehacer sus vidas, al menos de una manera más normal, sin tanto sobresalto. Había recuperado un trabajo, que tanto necesitaba. No había duda, era el momento de agradecer lo recibido...
...No porque veas a una vieja inglesa, vayas a pensar que soy una protestante. Allí también hay católicos. Tenía ganas de hacer el Camino desde mi juventud, pero por unas razones o por otras, nunca pude hacerlo. Ahora ya con mis sesenta y algún años, ha llegado el momento. Lo peor que llevo es lo de la comida. Necesito poco, pero hecho de menos un buen sándwich y un té. La ventaja es que cuando nosotros paramos a comer, la mayoría está haciendo otras cosas. Resulta curioso observar el comportamiento de todos los peregrinos. ¡Tantos millones de personas han realizado el Camino durante tantos siglos! Distinguir a los españoles resulta fácil, antes de que hablen, sólo por el ruido que hacen...
...Andar y observar. Plantas, paisaje, cielo y nubes. Todo parece a la vez nuevo y sin embargo conocido; diferente y a la vez familiar. Pájaros, el ruido del agua, mi jadeo al caminar, mis propios latidos, todo me resultaba más intenso. Colores, sonidos y olores. Miraba el cielo azul, pues el tiempo seco y despejado me acompañó durante todo el recorrido. Los cantos de las aves, completaban el murmullo del agua en los regatos que junto al sendero discurrían, como guiando al peregrino. Y envolviéndolo todo la luz y la paz. Se podía sentir al caminar...
¿Por qué has hecho el Camino?, me preguntó mi amigo al regresar. No supe qué responder. Espero que lo anterior pueda servir en parte de respuesta. En cuanto a mi porqué todavía lo estoy buscando, ¡buen Camino!.

Fabio López