viernes, 3 de agosto de 2012

Un texto de don José

UNA FÁBULA SOCRÁTICA
   Según una noticia de periódico o revista digital, una profesora de un colegio estatal andorrano ha sido despedida porque "enseñaba demasiado" a los niños, ya que, con cuatro años, sabían sumar, restar, leer y casi escribir, con gran satisfacción de los padres. Y es que, según comenta un directivo del colegio, que ha justificado el despido de la profesora, a instancias de un inspector enviado desde Madrid, "los niños tienen un nivel demasiado alto para una escuela pública", y el periodista comenta esta noticia, que él titula "Un mundo de locos"", diciendo que "probablemente dichos avances vayan en contra de las tendencias "progre-pedagógicas" consistentes en convertir la escuela en un festivo centro lúdico y en rechazar cualquier atisbo de excelencia". O, más bien, cualquier atisbo de inteligencia y hasta de sentido común.
   Pero el conocimiento de estos hechos, que nos parece que no serían posibles, nos deja un sabor dramático, porque se producen simultáneamente a varias manifestaciones públicas exigiendo la enseñanza pública. ¿Acaso esa misma enseñanza que no puede permitir y cuya legalidad va a hacer imperar el inspector enviado por el Ministerio de Educación? De manera que no hay estupidez ni error personal, en esa advertencia de exceso de saber de los niños. Es la simple aplicación de la ley.
   Y son las palabras que la noticia pone en boca del director del colegio: "los niños tienen un nivel demasiado alto para una escuela pública", las que nos lo confirman. Y dicen "a contrario" se quiera o se quiera dos cosas: la una que en los colegios privados pueden tener otra medida, y también -y esto es lo más importante- que los señores maestros de esa escuela pública son muy capaces de "enseñar demasiado", pero que pueden despedirlos si lo hacen, y tendrán que ir a la enseñanza privada en la que, por lo visto y por principio, nunca se enseña demasiado o no hay tope oficial para ello.
   ¿Qué es lo que quieren, entonces, los manifestantes que piden una enseñanza "de calidad"?¿Quieren decir que la calidad es que esta enseñanza no tenga ningún exceso? Y lo tristemente cierto es que no van a darse, en esa enseñanza pública, privada o lo que sea, esos excesos, porque la gran preocupación es que no haya fracasos escolares, pero no como resultado del estudio y sus excesos, sino porque algunos señores políticos durante los años pasados, han aconsejado, exigido y en ciertos lugares de España hasta premiado a los profesores que no suspenden, sino el número exacto que debe ser suspendido. Y todo el mundo está muy contento, pero es pura y simplemente un desastre, aunque luego los juegos estadísticos nacionales o internacionales resulten muy brillantes.
   Tener que decir a estas alturas cosas tan simples, fundamentales y socráticas es bastante triste, pero es preciso subrayar ese derecho de todos los niños, sea cual sea el carácter de su escuela, "saber demasiado". No hay otra realidad que pueda llamarse enseñanza.

José Jiménez Lozano
Diario de Ávila, 24 de junio de 2012